Me gustan las escaleras mecánicas que se lentifican cuando nadie hace uso de ellas, me dejan la ilusión de que la mecánica puede ajustarse a las circunstancias. Las miro fijo, me salgo de la fila y me dispongo a imitarlas. Fue maratónico mi día, dudé hasta último momento, me bajé del subte (la boca del subte…¿lo pensaron así? Entrar y salir de la boca de cuerpo entero, wow!) y casi no registré las cuadras que corrí hasta la sala. Recién desembarqué y casi me olvido de hacer el switch a modo disfrute.
Empieza mi recorrido por uno de los festivales del 7° arte que con más ansias espero, de sala en sala, de cine en cine, de barrio en barrio. Ésta va a ser la primera de una larga serie, así que me tomo este mecánico minuto para predisponerme a recibir todo el cine independiente del mundo.
Mi primer contacto con el BAFICI es de lo más acertado, se trata de The Capsule, un corto que representa lo que en el Lupe.Undiverso es el cine independiente: nada de convencional en su guión ni en sus protagonistas, mucho énfasis en una estética por fuera de lo común y algo de animación intercalada de la forma más acertada. Esos demonios hermosos, sensuales y trágicos en clave de pasarela de París al borde del colapso colmaron mi hambre de algo extraño y ajeno en pantalla grande.
Inicio mi maratón cinematográfica con el pie derecho! Espero seguir así, por la vereda de la sombra y la garúa finita.
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