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martes, 23 de febrero de 2016

Chutazo de amor en Niceto


La luz artificial es artificial, como cualquier artificio, eventualmente termina. Muy por el contrario, la luz verdadera no se extingue nunca, no deja de iluminar, vive en las canciones.

Citados a formar parte de un Festival Superamigo ese jueves de un calor inmensurable, temprano y en Niceto, con un line up de lujo: El Hipnotizador Romántico, Pablo Malaurie, Cosmo y Les Mentettes. La ciudad transpira en color negro, nos movemos entre una densa masa de calor. Abanicos, muchos. Algo muy similar a la puntualidad, y un escenario que funciona como un relojito suizo. El Hipnotizador Romántico cumple pero pasada la primera canción de Pablo Malaurie algo por fuera de lo esperado irrumpe, silencio y oscuridad. Perplejos, los músicos buscan alternativas, piensan cómo perpetuar el show en condiciones adversas. Para sorpresa de todos, quienes habiendo salido a respirar ese aire tibio que anunciaba la inminente tormenta, volvemos al centro de la escena porque sí, hay birra gratis, algo extraordinario se gesta.

En el tiempo una ronda de canciones se extiende lo que un fanático sueña, en un calor que el cuerpo de este mundo no puede soportar, en una camaradería que el corazón de cualquiera quisiera abrigar. Entonces, al pie del escenario, todos los músicos convocantes forman una ronda, la oscuridad le abre camino a algo que podría pensarse como un ensayo general abierto, y las canciones empiezan a sangrar en una luz que imaginamos pero no vemos.

Van alternando instrumentos, saltando del repertorio de unos a unos, van variando de autores y todo llega todo tan lejos, que hay covers de los más grandes y uno que explica algo de este Verano Fatal. Una especie de sala de ensayo desfachatada, con muchísima más buena voluntad que otra cosa, con la sincera intención de cumplir, y de pasarla lo mejor posible. Algo que podría bien definir lo que es un súper amigo, el que se queda ahí, bancando los trapos, hasta las últimas, hasta que las velas no ardan, pero sí esté todo el corazón bien prendido fuego. Una exquisitez única que la falta de electricidad no pudo cortar.

“¿Dónde está la luz?”, nos preguntábamos parafraseando al inmenso Juanito el Cantor. Nos fuimos convencidos de que la luz también es esto. 

viernes, 24 de julio de 2015

hola viernes!


ay, pero cómo te quiero viernes!

El Botis en Vuela el Pez, nada más que agregar!

noche tecno psicotrópica con Pablo Malaurie y los suyos + Liza Casullo y los suyos, en el Matienzo

con nuevo disco en el horno, Ainda Dúo se presenta en vivo para despedirse de lo viejo en El Universal
https://www.facebook.com/events/404057123118604/

lunes, 12 de agosto de 2013

se vino el maremoto - Pablo Malaurie en La Trastienda



Hace 1.40hs me preguntaron si no me parecía que pusieran las mesas. Me parecía que no”. Esa frase, dicha hacia el final del show por el propio Pablo Malaurie, sirve a modo de resumen de lo que fue la fecha presentación de su segundo disco, El Beat de la Cuestión, en La Trastienda. Editado en junio de este año, en su producción volvió a participar Manza y esta vez el Juglar Anónimo se dejó acompañar por una banda con la que logra un sonido muchísimo más intenso que el que guió la búsqueda de su antecesor, El Festival del Beso.

Cargado de sintetizadores y samplers, Malaurie se pasó a las guitarras eléctricas, batería  y bajo para los Mentettes Tomás Molina Lera y Adrián Rivoira, y el monstruo inigualable de Nacho García timoneando teclados. Los cuatro forman una pared sólida de canciones que arrasan, rockero e intenso, erizan la piel y encienden el alma. El sonido en el lugar es impecable, la conexión entre los músicos es evidente. Pablo está feliz y agradecido, y lo dice y lo muestra y se entrega.

Van alternándose temas de los dos albumes, “Ahá mhm”, “No te hagás la leidi” y mi favorito: “Seymour Cassel”. “Desalineada”, con la hipnótica trompeta de Kinki, “La mía”, “Pasto en la espalda” sonaron junto a “Vení” y no faltaron los hits “Carmencita” y “El miedo no”, que interpretaron Nacho y Pablo a dúo, retomando el modismo intimista en el que fueron grabadas originalmente. “Motel Shangai” en una versión 2.0 con banda completa. Hay invitados de lujo, Pablo Font y Diego Chamorro se suman a la celebración.

El hilo conductor es el mismo: en todas las canciones se luce esa marca registrada, ese falsete que lo obliga a fruncir el ceño y apretar el gesto, que invita a un viaje musical y que seduce e hipnotiza. La intensidad, el color de su voz, la potencia infinita. Escucharlo con los ojos cerrados y dejarse llevar, que la lírica de sus letras y esta otra faceta de experimentación electrónica nos deje flotando en el aire, nos atraviese la cabeza como flechas y nos vuele la peluca. Todo eso está pasando acá mismo en La Trastienda. No podría pedir más, pero guardan todavía una sorpresa.

Maxi García y Pablo De Caro suben, los tres al frente del escenario con“Infinito” y “Chutazo de amor”, y lo que perfilaba fiesta perfecta se torna momento histórico: Mataplantas resucita por un rato y el lugar explota, se prenden fuego los pies de los amigos que vinieron a hacer el aguante y están ahora saltando y chocándose. Algunas más de El Beat para un final a todo trapo. Se trató de un recital cargado de emoción y calidad. El Beat de la Cuestión, si de descifrarlo se trata, la presentación en vivo del disco dio cuenta de que en la música nueva Malaurie encuentra la respuesta. 

domingo, 26 de mayo de 2013

Un lujo de ciclo - Indie Folks Live, parte 2


Patio, parrilla, escalera, terraza, el paraíso celestial debe contar con las mismas comodidades. Ojalá el techo se parezca al de una cancha de Fútbol 5 allá también. Los espacios y su distribución se llevan mi sorpresa más grata. Me siento a gusto en El Círculo, me gusta que te den un ticket celeste para retirar tu cerveza helada o ese trío de empanadas veggie super sabrosas. Me hace bien esa sensación de familiaridad que se respira.

Es el turno de Los Hermanos McKenzie, arrancan con “Baile Fantasmal” y con Cecilia comiéndose el escenario. Yo me dejo deglutir gustosa por esta familia que hace de la música un rito sagrado. Para cuando los infinitos vasos de cerveza hacen toc-toc en la puerta de mi cabeza, la música Mc Kenzie está construyendo el sonido propicio para que todas las ensoñaciones se liberen y floten desde el telón hasta acá.

Pablo Malaurie se sube al escenario con una eléctrica, y es como si la caja de pandora explotara en la Indie Folks Live! Su voz-aplanadora, la fuerza de sus canciones a pura psicodelia y esas líneas de  “Seymur Cassell” que son mi himno: creo que no existe lo que hay, si no fuera lo que ha sido. Extraño la siempre brillante e impecable compañía de Nacho García, pero Pablo se la banca, y alcanza el tamaño de un monstruo para la altura de “Motel Shangai” y nos devora en “El beat de la cuestión”.

En el Lupe Undiverso Infimito, donde todo está hecho a su gusto, Los Animales Superforros cierran la noche. Vaya sorpresa cuando en el Ciclo también son ellos el broche de oro final. “Señor de la Montaña”, para ir entrando en su propuesta musical de pura alquimia. El sonido es limpio y fuerte, fuerte porque los decibeles son altos pero también porque tiene la fuerza de un huracán. Nos sacude, nos hunde hasta las raíces y nos expulsa de nuevo a la superficie, donde estamos corriendo en un lugar que está lleno de gente y animales.

Por fin se asoma la luna, y yo me voy a casa silbando bajito. Nada podría depararme un augurio mejor que el de este puñado de postales de mis bandas favoritas.  

sábado, 15 de diciembre de 2012

Pablo Malaurie en DESPACIO MARTINEZ


En viaje a Despacio Martinez voy recordando la primera vez que a Pablo Malaurie cantando sus canciones en el pseudo-escenario de esa dulce revolución que se agita sigilosa en el barrio de Barracas. Ese encuentro casual no fue amor a primera vista. Hacía horas que estábamos esperando que arranque la banda que nos había convocado a ese lugar remoto y desbordante de arte y poesía y la impaciencia se escondía atrás de la fascinación pero allá atrás estaba, de todas formas.
De pronto y sin previo aviso arranca Pablo con su guitarra, con su voz absoluta, con su prosa prolija y con el inconmensurable Nacho García al piano transformando el aire en algo disímil y ajeno. En ese momento, no podía apartar de mi cabeza un único pensamiento que se paseaba entre geishas, samuráis, peces coi y Shangai.
Con el correr de los días me fui habitando de esos sonidos malaurieanos, perdí el miedo a lo nuevo y ajeno y caí rendida a los pies de El Festival Del Beso. Hoy voy por El Beat De La Cuestión, deseosa de fantasía y magia.
Pablo está sentado en una silla, de piernas cruzadas, con su criolla en la falda. La luz es tenue, rojiza, las velas parpadean y el aire se mueve al compás de las aspas del ventilador. La guitarra de madera nos traslada a tierras lejanas. Entre medio se cuela una versión malaurieana de una balada mentettera, y ya no importa si el hit es Beat o Festival,  la música suena increíble lo mismo porque Pablo Malaurie es un artesano del indie.
Qué bien se respira hoy! No podría estar más de acuerdo.