Marina es también la nave espacial. No es sólo un ser de otro planeta que compone e interpreta melodías que despiertan y ponen a vibrar fibras que sólo su música encuentra en nuestros cuerpos corrompidos y desvencijados para revivirlos y devolverles la luz, ella es también el vehículo de transportación a ese mundo de impresiones y sensaciones nuevas, buenas, transformadoras, que conmocionan y agitan el alma hasta hacerla renacer.
Escucharla en vivo es darse un baño en su esencia pura y diáfana. Marina es un gigante diminuto, una ola expansiva que te envuelve en su mantra. Una hechicera, sirena de mar que hipnotiza con su voz y su guitarra, y no necesita más para enamorarnos y tenernos a su merced.
Su voz nos lleva por rumbos nuevos, Marina está presentando su disco, que es exquisito, y regala Provincia para los más melancólicos. El cambio que genera en mí es perpetuo, pero el hechizo dura tan poco que de repente me veo las manos coloradas de tanto aplaudirla. Y aún así, quisiera miles de manos más para hacerle llegar mi aplauso cálido de felicitación y admiración eterna.
Para esta altura de la noche ya entablé un vínculo estrecho con esos vasos de litro, tan típicos del lugar. Pero ellos son tan enemigos de la concentración que, como suele sucederme en estos casos, no puedo prestar más atención y la proyección de la peli es para mí un rayo fugaz que ya pasó.
Me confieso, entonces: la peli ni idea, pero el evento en sí un gol! Me gusta pensar su sentido doble: PFDLC: cine + música o 1. acción y efecto de proyectar. 2. atribuirle a los otros lo que me niego a reconocer de mí.
Fages♥ excelsa por donde se la mire
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