Recreo. Trato de respirar y siento mi corazón hinchado: Ay! Cómo te quiero, mi siempre bien amado Niceto. Mi Niceto freaky, mi primer amor, mi jungla humana donde respirar el valor de la singularidad. Me gustaría recordar nuestra primera vez, pero este calor no me deja pensar!
Ya lo sé, se hizo demasiado tarde y nuestras fuerzas están diezmadas por completo. Pero vinimos acá por una razón que está subiendo al escenario, y estos 8 músicos de raza llegan para dar lo mejor de sí, aún en condiciones paupérrimas.
El Hipnotizador Romántico transpira la camiseta, en sentido literal y figurado. Los vientos de Nacho Czornogas y Lux Raptor nos devuelven un poco el aire que nos quita ese amor florido que emana de las canciones en las que El Gitano y su troupe de simil trovadores nos sumergen. Sus ritmos tropicales muy bien logrados son una explosión de amor, y los poquísimos que quedamos aún de pie lo recibimos con el corazón abierto y los pies en movimiento.
El paseo por su repertorio es un viaje exquisito, lleno de sonidos acústicos que luchan por escucharse bien aún un día como hoy, en un lugar como este. Maxi García avisa: "El Hipnotizador se vuelve más rockero, experimentemos con eso", y yo caigo rendida al pie del escenario con esta versión rocky de Sólo Alimentas Mis Fieras, que suena con toda la fuerza del mundo.
Agradecen y se despiden, y con esa despedida mi noche llega a su fin. Cruzo la puerta y mi temperatura se regula, camino las cuadras que me quedan mientras mi voz repite los últimos estribillos y entonces pienso que una linda canción puede desintegrar la tristeza del cosmos.
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