Mi gurú musical se da vuelta para hacerme un comentario que oigo apenas, pero el brillo de sus ojos gigantes y hermosos me alcanza: la voz, el sonido. Me habla bien de la banda que suena bien, ella y su conocimiento eterno del mundo que me fascina, su gusto por lo bueno.
UN PLANETA tocando en vivo en Capital, hace tiempo que esperábamos estar ahí para presenciarlo, testigos de la vibración intensa, las melodías puras, de la voz-presencia.
La banda suena firme, decidida, prolija. Su ritmo es envolvente y pese a mi escepticismo empedernido, me dejo llevar hasta perderme por completo en esas canciones enérgicas y el resultado es un viaje extraño, que asusta pero incita.
Mi cabeza transforma el sonido en otra cosa, sólo por jugar un rato, y Un Planeta es entonces una semilla germinando o una bomba en cuenta regresiva. Potencia, poder. No es que me gusten, hay algo más oscuro que me provocan y hace que les regale mi atención toda. Me nutren de emociones nuevas, como un sacudón repentino, el disco es apenas un ápice de todo lo que dan, de todo lo que son.
Con ellos al frente, la comunión de sonido y poesía toma un curso más que interesante y hacen detonar el lugar, pero cada quien libra la batalla en forma singular.
Pura solidez y personalidad, un cálido aplauso de despedida es la bienvenida a Un Planeta de paisajes llenos de abismos donde asoman las nuevas melodías.
eso! todavía se puede. no es cierto que todos deban escribir sobre música de la misma manera.
ResponderEliminar...y aun más, todavía se puede.
gustoso de un leer distinto.