Esta vez sí, voy a llegar más temprano que nunca. Anoche las agujas del celular me jugaron una mala pasada y voy a tener que esperar que un año nuevo llegue para sentir el viento, vibrar con la fuerza y temblar con El Tronador.
Son las 19.30hs, somos muy poquitos en el patio de Konex y la espera va a ser larga, pero Cosmo comanda las bandejas, el sol se está escondiendo en algún lugar atrás de todos estos edificios de cemento y soledad, y lo que queda flotando en el ambiente es un aire que renueva.
En el escenario se disponen 6 ventettes + 7 mentettes y la cosa arranca tranqui. De a poco, Adrián y los suyos van entrando en calor y la Ciudad Cultural Konex toma color. La división en el público es extrema: unos sentados, otros inevitablemente bailando. El paseo por las veredas cósmicas del mundo-mentette es entretenido, tiene muy buen ritmo, tiene un sonido limpio y bien elaborado. La voz detrás del cuerpo serpenteando avisa: esta es una canción para el fin del mundo, y va llegando el final. Una vez más Les Mentettes no decepcionan.
Buenas noches, esto es Mompox, dice Alejandro Wonder y, subtitulados mediante, los 9 mompoxes suben el volumen y empapan el aire con su sonido futurista y electrizante. Ruiditos por todos lados en cada canción mantienen mi atención alerta, el show es pura fuerza y energía. Esta sería la parte bailable del show, pura y exclusivamente bailable, como si la aclaración fuera necesaria, redoblan la apuesta y hacen estallar el patio.
Mompox, qué gusto por fin conocerlos!
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