Ser parte del show de La Lubitsch es viajar en el tiempo. Es viajar a algún espacio recóndito donde Gershwin, Isham Jones, Maurice Chevallier y The Mills Brothers cobran vida y vuelven al ruedo! Al menos, es revivirlos en sus melodías.
La consigna es clara: se trata de acomodarse en una silla, o bien en el suelo, con un gin-tonic en la mano y cerrar los ojos para dejar que las melodías lleguen por los oídos hasta inundar el cuerpo entero, y dejarse llevar.
El repertorio de canciones recorre grandes hits de los años 20´s y 30´s intercalándose con composiciones propias de la banda, y el resultado final que alcanza La Lubitsch es hundir la sala en una armonía melódica que no puede más que encantar a los oyentes, como el flautista a la serpiente, y emprender con ellos una travesía musical única.
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