La luna pesca mareas, canta Ainda Dúo en el segundo tema. Queriendo de alguna manera resumir la alquimia de un jueves de febrero forjado entre el calor y la nostalgia dulce, elijo el verso para que se entienda que el único satélite natural de la Tierra se asomaba tímido por el techo de Vuela el Pez. La casa es siempre la misma. Cambian los invitados, se desvanece la compañía, la valentía fue el paso en falso. Pero el amor intacto, la barra, la pegatina, los buenos recuerdos y salud!
El dúo de cuerdas está pronto a comenzar. Se acomodan en el escenario, delante del tejido de luces que desde el fondo los proyecta en la escena. Se loopean, se miran, se complementan. Violín y clarinete invitados hacen las delicias de los arreglos. Ainda Dúo está en su mejor momento, me animo a tipear. El show es fantástico, en el carril de la fantasía más tierna, de la música más serena pero intensa. Entre una canción y otra, sube un ser sublime a recitar poemas. La inflexión de su voz arranca al alma del cuerpo, arranca aplausos de las manos ávidas de palabras buenas. La luna desde arriba también aplaude, entusiasmada. Casi como si brillara con luz propia, se engaña.
Cover de “Canción para bañar la luna”, ella se vuelve de nuevo la temática principal de esta fecha. Ella redonda, ella brillando, lejos y hermosa, recuerdo y presente. El público estalla en palmas y coro, la versión cancha de fútbol del clásico de María Elena. El listado entre las editadas y las que prometen editar pronto, sube Ine, baja, sube el violín, sube el clarinete. Para la despedida otro cover, Guillermo Klein y aprender el equilibrio de regar llorando fuerte.
Ine Güemes & Los Luchos, otra vez el tres parece la proporción perfecta. Su cuerpo se ve frágil, pero la velocidad de sus dedos en las cuerdas marea. Los Luchos en percusión y bajo la acompañan de la mejor manera. Su voz tiene la profundidad de los viajes y las mareas que evoca, de la tierra y de las sonrisas que plantea. Las canciones flotan en el aire, se quedan ahí, moviéndose, bailando. La luna celebra. Ese encantamiento sagrado que nace en un punto incierto entre escenario y platea. Tienen al público a sus pies, tienen su coro, su corazón entre los dedos. Las canciones vuelan, como los peces, como las vacaciones aztecas. Entre ellas, el hombre de la poesía se cuela y de nuevo nos deja helados y derretidos, en esa secuencia. El bis amaga, pero aunque nadie lo invite, el final llega. Suman a Ainda Dúo para despedirse, y los 5 apretados sugieren ponerle amor a los días, Cada mañana. La cuota de hoy está colmada. Que se vengan más discos, que compartan más fechas.
Ainda Dúo se presenta todos los domingos de marzo en El Universal
que lindo che!! que lindas palabras y que bien elegidas.. :)
ResponderEliminar