Volver a la raíz, buscar los cimientos, construir desde ahí. Honrar la base, haber aprendido a celebrar, y compartir. En la era de las promociones, un 3x1 parece tentador. Recibida la gentil invitación, voy por la mitad y llego fuera de tiempo. Pero en seguida siento el calor, porque ese escenario está prendiéndose fuego. Trato de hacer una traducción al mundo de las palabras. Quisiera ser honesta en este punto, no logré mi cometido. Es tanta la exaltación en escena que me atraviesa, y prefiero entregarme. La música está primero. Lamento un poco estas líneas, porque no alcanzan. Pero quiero dejar testimonio, porque hay algo cocinándose a fuego lento en las manos de Open Folk que está dando el fruto de aquello que se cultiva con constancia, con talento y perseverancia.
#OpenBluesNights, #OpenFolkNights y #FolkloreAbiertoreunidas en una única fecha, en Niceto. La apuesta es fuerte, el desafío de colmar expectativas y hacer el balance pertinente. Una rápida radiografía del lugar me pone en contexto. Gente. Muchísima gente. Muchísima gente feliz. Muchísima gente feliz disfrutando al palo. Talento. Muchísimo talento. Muchísimo talento desfilando por el escenario de manera vertiginosa. Calidad de sonido, una excelente organización, músicos de un talento superlativo.
Con las manos coloradas de aplaudir, el corazón hinchado de ver y el alma contenta por tanto alimento, toda la secuencia se pasa en un santiamén, y al final sólo quedan gracias y felicitaciones. La salida, y ahí la lluvia, incesante, que me trae de nuevo a la vida. A la vida en esta ciudad. A los desencuentros de la vida en esta ciudad. A los desencuentros de la vida en esta ciudad donde dos bocas llenas de pájaros hablan sin decirse. Un colectivo lleno de campeones se demora. Subo, la única perdedora, volviendo a mi casa a dormir sola. Si esto no es el cierre que espero en una noche de folk & blues, entonces, ¿qué es?
#OpenBluesNights, #OpenFolkNights y #FolkloreAbiertoreunidas en una única fecha, en Niceto. La apuesta es fuerte, el desafío de colmar expectativas y hacer el balance pertinente. Una rápida radiografía del lugar me pone en contexto. Gente. Muchísima gente. Muchísima gente feliz. Muchísima gente feliz disfrutando al palo. Talento. Muchísimo talento. Muchísimo talento desfilando por el escenario de manera vertiginosa. Calidad de sonido, una excelente organización, músicos de un talento superlativo.
Con las manos coloradas de aplaudir, el corazón hinchado de ver y el alma contenta por tanto alimento, toda la secuencia se pasa en un santiamén, y al final sólo quedan gracias y felicitaciones. La salida, y ahí la lluvia, incesante, que me trae de nuevo a la vida. A la vida en esta ciudad. A los desencuentros de la vida en esta ciudad. A los desencuentros de la vida en esta ciudad donde dos bocas llenas de pájaros hablan sin decirse. Un colectivo lleno de campeones se demora. Subo, la única perdedora, volviendo a mi casa a dormir sola. Si esto no es el cierre que espero en una noche de folk & blues, entonces, ¿qué es?
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