martes, 13 de mayo de 2014

había una canción escondida que - Bestia Bebé en el ZAS


Es viernes son cerca de las 3am y antes de dar la noche por perdida encaramos para el ZAS porque quizás la Bestia todavía no tocó y llegamos justo. La suerte de nuestro lado, la banda de Tom del otro, amagan el arranque y finalmente con “Estamos bien” disparan el primero. El precalentamiento sigue con “Omar”, “El urugayo” y de a poco arranca el partido. La sencillez de siempre y esos hits de menos de tres minutos son la fórmula para el triunfo.

Entrados en calor, en confianza. Se desdibuja la distancia, nacen los cantos de cancha que son marca registrada del vivo y los pibes sonríen solapadamente mientras tocan “Wagen del pueblo”, “Patrullas del terror” o mi hit preferido, “Muero por ser el nuevo héroe de esos idiotas”. La clave es que siempre se trate de juntarte a tocar con amigos. La clave es que los que te vengan a ver lo entiendan así y la agiten en la misma sintonía. 

Cantarle a la camiseta, al amor, a los amigos. Pero no hacerlo demasiado en serio para no confundir el talento con demagogia. Tocar porque sí, porque les cabe. Y que del otro lado coreen porque sí, porque también les cabe. Que salten, que la bardeen un poco. Que sea real, cotidiano, sin disfraces ni poses ni máscaras o pretensiones. Que sea simple y que esté así de bueno. Como estar un viernes a las 3 de la mañana vagando con amigos en el ZAS, por ejemplo. 

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