miércoles, 24 de febrero de 2016

Que se quede el infinito sin estrellas - Lupe y sus Amores en Thelonius


Me pregunto si habré estado pensando en la conquista del territorio cuando se desató la pelea contra las agujas, daño colateral de la pasión xeneize. Así y todo, la escasez de recursos no ganó y viajé en avión con una compañera entrada en pánico. Sea como fuere y por fin, ahí estábamos. Escaneo del lugar e instantánea mental: Lupe y sus Amores en formación completa sobre el escenario de Thelonius, puro glamour y talento.

En estado de ensoñación, imagino que este concierto bien podría asemejarse o ser un viaje en el tiempo. Es el tiempo del amor, como bien canta otro romántico del mundo cancionero. Tiradores y moño ellos pero ella, de nuevo, una sirena enfundada en rojo más guapa que la más guapa de las princesas de todos los tiempos. El concierto es acertado en todo momento, lo que más destaca es nuevamente el talento, la armonía que reina entre los miembros de la banda y el manejo excelso que hacen en moverse y traducir a gestos de hoy un sonido de antaño. Una especie de culto al pasado desde el presente más actual, una lista de temas cada vez más nutrida y variada, la voz en italiano, en portugués, en inglés y la voz ausente para darle lugar a una instrumentación maestra.

Alguien quiso meterse adentro de la cabeza de otro, pero sólo en la superficie, ¿será un crimen? yo no juzgo. Tuve mi revancha y le entendí las ganas. Luego fluorecería en mi piel lo que normalmente escondo. Me quedo rebotando entre el blanco y azul de la zamba y el sueño inalcanzable de volver mi piel canela.    

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