domingo, 27 de octubre de 2013

¡Qué viva la poesía!, Vol. XIV



Me estoy acordando de este último Miércoles de cita obligada en el nuevo Matienzo, al que le estamos dando amor, música, poesía y vasos retornables para que se sienta cálido de nuevo. Corriendo cruzo la puerta, elijo una silla, largo la respiración contenida y me voy llenando de preguntas.

Y si de veras hubiera que afeitar las autopistas¿? Y si de veras yo fuera la Patricita destinataria de la última epístola de alguien fuera de serie¿? Y si ella, mi hermana por elección, no fuera mi mejor amiga sino un rati de civil¿? Y si soy una gorila encubierta¿?

Me desconcierta cada texto, la forma en la que es leído, el ritmo, el movimiento de la voz en el aire del escenario hasta la mesa, hasta el seso. Los invitados son una fuente de inspiración, el público un amor de personas, la música en su medida justa. Claro, que viva la poesía! y quienes se mueven para que nunca muera.

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