domingo, 18 de mayo de 2014

Mateo de la Luna es La Energía


La ventaja de llegar temprano es atestiguar el inicio del rito: la Compañía Terrestial dando vueltas por el lugar. Cargados al mango de sensaciones intensas, contagian sus nervios, su ansiedad, su pasión, sus ganas. Están los sobres con los premios, como si el disco no fuera suficiente. Y cada sobre pensado especialmente, dedicado, dibujado. Cartas escritas a mano, una reliquia en estos tiempos, que funcionan como un perfecto transmisor de amor entre quien la escribe y quien la recibe. La primera emoción fuerte de la noche llega adentro de ese sobre de papel madera que es una puerta a su maravilloso universo. Sentirse parte de su mundo, ser un visitante en su planeta colmado de emociones puras.

Facu Tobogán inicia la velada en un Liverpool repleto. Con su guitarra y la magia hipnótica de sus canciones inaugura el encuentro. El público recibe sus melodías desde el piso, el catálogo de temas repasa su discografía solista arrancando por “Entre las sombras”, de su cautivador EP Cuentos de Terror.  Temas de Jonny Clift, algunos Lados B y un final intenso con un cover del Flaco Spinetta que deja el corazón abierto para lo que sigue.

En el local de Palermo el público arenga por Mateo. El aplauso pide que la banda tome las riendas, quienes con formación completa y el pecho abierto detonan el primer disparo, “El Big Bang”. El sonido del lugar es impecable, y un poco alejados ya del folk sencillo explotan en una cadencia más rockera que refleja la madurez de su desarrollo musical. La lista de temas sigue el orden del disco que están presentando, que es una verdadera delicia. La lluvia de papelitos estalla en el momento justo, y esa marca registrada de confeti en vivo retrata el momento perfecto.

Globos con papel picado, como piñatas que sobrevuelan las cabezas y revientan de energía, ni más ni menos. La retroalimentación es continua, y la emoción de la banda se hace patente en las sonrisas de los seguidores de siempre. Cantarle a un amigo, a la esquina del barrio, al afecto. Creer que el amor es lo que va a salvarnos. Las voces de Belén y Mateo armonizan de manera justa, Terremoto  es un lujo en las cuerdas, Mariano Posse hace del bajo un monumento y la batería dispuesta un escalón arriba ordena el beat pulcramente. 

Están en su mejor momento, presentando un disco que los consagra y hace justicia de esa música maravillosa que regalan sin reparos. El show es un augurio, La Energía es simplemente perfecto. Perfecto porque está hecho con entrega, con transparencia, con la intención de transcender el individualismo y derribar muros y hacernos partícipes de esto. Pasó la piel erizada, el aplauso hasta enrojecer las palmas, el coro desmedido de una canción que se hizo himno y estoy feliz de haber vivido, una vez más, la experiencia es sentir que viajamos por las galaxias eliminando el mal del universo. 

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