viernes, 19 de agosto de 2016

Ya hemos estado por aquí algunas veces - El Botis, La Nube Mágica y Tomi Lebrero en el Caras y Caretas



¿Cuántas veces vas a ir a ver a los mismos?, me retan, pero no como regaño sino en la acepción de empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta. Todas las veces que ellos se reinventen, responde la Lupe-mente. Y ahora de quién es el desafío de no repetirse, me pregunto mientras apuro el paso para llegar a horario.

El que mejor cumple es El Botis Cromático. Le pone el pecho a las balas e inaugura otra de las #‎SesionesDeInvierno en el Caras y Caretas. Todavía falta para que la sala finalmente se llene, pero El Botis tiene con qué entretenernos hasta que eso pase. Querría saber si no le falto a la verdad diciendo que está solo, porque si bien es un hombre y su guitarra, también es esos personajes que construye y deconstruye, que reinventa, esos seres que lo habitan y lo fuerzan a impostar la voz durante todo el show, en todos los shows. Repaso por los clásicos y presentación de temas nuevos, invitación al escenario de colaboradores bien voluntariados y puesta en funcionamiento de la Máquina del Tiempo. No faltan las plantillas de interacción (en alemán, esta vez y por cálido accidente) ni el Espíritu del Monte. Si hasta asisitimos al estreno en exclusiva del tercer corte de difusión de Esponja de Metal y para cuando hago el recuento, este concierto bien podría ser un cuento de Elige tu propia aventura. Qué músico tan entrañable y especial que es el Botis. El manejo de escenario, de tiempos. Esa manera tan particular de tejer artificios y de tocar con sencillez melodías complejas. Un placer que dura más de lo pautado, pero que los aplausos agradecen.

La Nube Mágica entra en escena. Comandada por Juanito El Cantor, se dispone y se despliega, y son tan impecables que erizan la piel. Me detengo en entenderlos, en decodificar el papel que juega cada uno, en leerlos juntos y por separado, en prestarle atención al detalle, a la manera en la que están articulados y cómo se van desarticulando cuando la canción lo demanda, en la medida en la que sea necesario. El sonido de la sala les hace justicia, y las estrofas pegadizas arengan el clima de fiesta. Con sello propio y un largo camino recorrido, La Nube Mágica hace las delicias de la fecha, porque son multitud y puro talento. Imposible no disfrutar de su música y contagiarse. A mí también me parece poder gritar a los cuatro vientos que estoy yo también a cortar todos los nudos, llegó el momento de lanzarme al vacío!

Sigo creyendo que Tomi Lebrero está un poco loco. Pero me aparta de esa idea el comienzo de show que trae preparado junto al excelso violinista Alexey Musatov. Un paréntesis necesario para salir de una nube y entrar en la otra. Después ya se suma su Puchero Misterioso y todo cobra un clima jaranero que llega a la cúspide hacia el al final, porque Tomi fue subiendo la apuesta escalonadamente. Así y todo sigo pensando que está un poco loco, ese exorcismo del final quizás m lo confirma. Pero por mi parte yo promuevo y apoyo la idea de la que la contradicción de sana locura es un gran alimento para el artista.

¿Cuántas veces vas a ir a ver a los mismos?, y yo espero que lugares como el CC sigan albergándolos por mucho tiempo, y yo tenga la misma capacidad de asombro para disfrutarlos “por vez primera una vez más, que rebeldía”.

El Botis y La Nube Mágica tocan este viernes en C´est la vie, La Plata.

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